sábado, 27 de octubre de 2012

Seis Técnicas para sobrevir un vuelo con niños

 
Por Katia Hetter, especial para CNN
Miércoles, 24 de octubre de 2012 a las 12:37
 
(CNN) — “No, aún no es hora de comer”. “Por favor no corras en la fila de la revisión”. “Ya no te tienes que quitar los zapatos”.
 
Mientras caminamos hacia el punto de revisión y seguridad en el aeropuerto, puedo sentir el miedo de los otros pasajeros hacia mi activa hija de tres años.
 
Si no tienes la suerte de conseguir un asiento en la sección libre de niños, te prometo que no tienes nada que temer. Conforme nos acercamos a las máquinas de rayos X, mi hija y yo entramos en modo de guerrilla.
 
Tú también puedes sobrevivir al vuelo con estas sugerencias probadas por mi familia para tener un mejor vuelo.
 
No seas ese padre
Por favor decide desde ahora que no serás ese padre excesivamente indulgente que cree que su hijo es más importante que cualquier pasajero del avión. No es verdad. Por favor no te comportes de esa forma al cambiar a tu bebé en la mesita de servicio o al dar un yogurt para beber a un niño que inevitablemente lo derramará sobre la persona de al lado.
Decide que tampoco ignorarás a tu hijo. Los viajes que hacías antes de tener hijos, con un vaso de café y una revista nueva quedaron en el pasado. Tu meta es que tu familia llegue sana y salva del punto A al punto B sin que el resto de los pasajeros sean perturbados.
 
Una semana antes de partir, hago listas de lo que debo empacar para mi hija y para mí, y separo lo que se va a documentar y lo que se llevará a bordo —trato de documentar lo más posible—. Luego verifico si puedo cargar todo porque, en algún momento, tendré que hacerlo.
Todo lo que incluyas en la lista de “a bordo” debe ser útil durante el vuelo (bocadillos, pañales, entretenimiento, un cambio de ropa y una bolsa de mareo). Me preparo por si hay una demora y no hay comida o bebidas, y para el caso de que mi hija vomite o tenga otra clase de accidente. Procuro no empacar nada que pueda ocasionar un desastre.
 
Procura imprimir tus pases de abordar en casa y no salgas rumbo al aeropuerto sin haberte asegurado de que el vuelo está a tiempo. En casa puede brillar el sol, pero del otro lado del país puede haber una tormenta que haya retrasado tu vuelo. ¿Quieres pasar la revisión de la seguridad sin enterarte?
Sal temprano rumbo al aeropuerto. Puedes amamantar o cambiar un pañal en cualquier parte, pero no puedes correr por el aeropuerto con un niño en brazos para no perder el vuelo. Ahora que mi hija ya camina, seguimos llegando temprano al aeropuerto. Siempre documento mi equipaje lo antes posible, afuera, si existe la posibilidad.
Solicita en el mostrador una etiqueta para la carriola, algunas aerolíneas requieren que la documentes junto con el equipaje. No asumas que se hará un anuncio previo al abordaje para las personas que necesiten una. Infórmate. Si puedes meter todo bajo el asiento de enfrente, espera hasta que casi todos hayan abordado. ¿Por qué poner a tu hijo en un espacio cerrado sin necesidad? Cámbiale el pañal o llévalo al baño antes de abordar.
 
La primera vez que volé con mi hija, ella tenía tres meses. Le puse el mameluco más lindo y rosa que tenía —los mamelucos garantizan que no perderás calcetines ni zapatitos—. Les dije a todas las sobrecargos que me encontré que era su primer vuelo. Dio resultado.
Las sobrecargos de primera clase nos dieron tres botellas de agua después de conocer a mi bebé. Me dijeron qué baño tenía cambiador y nos dejaron levantarnos a cambiarle el pañal aunque la luz de los cinturones estuviera encendida —no había turbulencia—.

Amamanta a tu bebé o dale su biberón o un chupón durante el despegue y el aterrizaje. Ayuda a que no les duelan los oídos. Si amamantas, lleva una blusa de lactancia confiable y un buen chal o manta para cubrirte. Si no es posible, tu hijo es más importante que mostrar tus senos.
 
Mi hija ya puede cargar su propia mochila, en la que lleva una sudadera, una muda de ropa, algunos juguetes y una botella de agua vacía. En mi mochila llevo los bocadillos, libros, mi computadora con sus programas favoritos y un libro para colorear. Coloco en el asiento de enfrente las toallitas y bolsas de mareo adicionales, por si acaso. La llevo al baño antes de que se quite los zapatos (así no pateará a nadie). Entonces empieza una divertida tarde: dibujamos, comemos y vemos películas (solo si está absorta en una película o dormida, saco una revista).
Si tus hijos son mayores, aún no estás a salvo. Durante los vuelos tienden a quejarse de cosas que en casa controlan perfectamente. A veces no durmieron bien y se levantaron temprano para el vuelo, les duelen los oídos o comieron demasiada azúcar. Relájate un poco y asegúrate de que tengan suficiente comida y cualquier gadget que necesiten para divertirse.
 
Cuando tu hijo está gritando, vomitándote encima o su pañal desborda orina, es difícil creer que sobrevivirás. A mí me ha ocurrido todo lo que mencioné y sigo viva. Lo importante es que te esfuerces por reducir el daño. Si a tu hijo le gusta gritar, discúlpate por adelantado con los pasajeros a tu alrededor y lleva varios pares de tapones para los oídos (una amiga lleva varios cada vez que viaja). Regala a tus vecinos de vuelo algo de beber o algún bocadillo.
Si tu hijo orina, defeca o vomita encima de ti o en el asiento y viajas con acompañada, uno de ustedes debe llevar al bebé al baño. La otra persona se quedará a intentar limpiarlo todo. Si viajas sola, primero limpia todo para que cuando vuelvas del baño tengas un lugar limpio en donde sentar a tu hijo.

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