Imagínate un territorio casi tan grande como México, con 1.7 millones de kilómetros cuadrados de extensión, cubiertos de bosques, ríos, fmontañas y hielo. Eso es Alaska, una reserva natural que contiene al bosque más grande de Estados Unidos, el Tongass National Forest, glaciares increíbles como el glaciar Sawyer o el Hubbard, montañas con vestigios de la fiebre del oro y una vida silvestre como no hay en otro lugar.
Te platicamos un ejemplo de viaje que puedes hacer para conocer esta maravilla natural.
Te recomendamos iniciar tu viaje en Vancouver o en Seattle, ya que tienen excelentes conexiones con hubs como Atlanta, Dallas o Los Angeles y encontrar buenos precios. Desde estas ciudades es muy recomendable tomar un crucero, ya que de esta manera tendrás acceso a puertos increíbles, muchos de ellos no accesibles por tierra. De hecho su ciudad capital, Juneau, no está conectada a ningún sistema carretero de Estados Unidos o Canadá, solo se llega por aire o por mar.
Las principales líneas de crucero como Royal Caribbean, Carnival, Princess o Celebrity tienen salidas a partir del mes de mayo y hasta septiembre, aprovechando que el verano en Alaska suele ser de clima muy agradable, entre los 10 y 21°C.
Tip importante: La mejor época para viajar es a partir de julio, mes en el que el deshielo de las montañas está completo y la fauna del lugar aprovecha el agua para nutrirse, ya que el salmón sube por los ríos y se pueden avistar osos alimentándose. Además, cuando inicia la temporada en el mes de mayo, los glaciares presentan desprendimientos importantes de hielo, y a los barcos les es difícil acercarse a ellos. En julio ya se pueden acercar los barcos sin problema.
Algunos lugares que visitan los cruceros son:
· El Pasaje interior, una entrada de mar rodeada de paredes de roca impresionantes, con cascadas y cumbres nevadas.
· El Fiordo Tracy Arm y el Glaciar Sawyer, donde puedes ser testigo de glaciares asombrosos, cascadas y icebergs. No es raro ver ballenas y orcas por el lugar, nadando cerca de tu barco.
· El Glaciar Hubbard, uno de los más largos de Norteamérica, con 1,350 millas cuadradas de hielo azul.
· Juneau, la capital del estado, una de las ciudades más bellas de Alaska, al pie del Monte Juneau y el Monte Roberts, conserva edificios del siglo XIX que nos recuerdan los días de apogeo de la fiebre del oro. De aquí se pueden tomar múltiples paseos para visitar sitios como el Glaciar Mendenhall, avistar ballenas o caminar por sus bellas montañas.
· Ketchikan, con récords de lluvia de hasta 162 pulgadas al año, es la entrada del inmenso Tongass National Forest, el bosque más grande de Estados Unidos. Te recomendamos un paseo guiado por este bello bosque, y con suerte podrás observar osos grizzly en su hábitat natural, o Aguilas Calvas, el símbolo nacional del país del norte.
· Skagway, pueblito minero que te transporta de inmediato al siglo XIX, siendo un sitio muy importante para la explotación del oro. De aquí puedes ver las montañas con un paseo en tren, pasear en trineos jalados por perros, o hacer excursiones especiales para ver la fauna del lugar. Hay restaurantes y tiendas decoradas con motivos de la fiebre del oro
· Icy Strait Point, en donde podrás adentrarte en el bosque, observar ballenas, osos grizzli y focas. Además puedes visitar talleres y asentamientos de la cultura Tlingit, nativos del lugar.
· Sitka, ciudad dentro del Pasaje interior, es hogar del Parque Nacional Histórico de Sitka, con una extensa colección de tótems, expresión cultural de los nativos de la región.
· Por si fuera poco, cada día lo complementas con la mejora comida del mar, entre las que se cuentan el salmón, la trucha, el halibut y el “King crab” , el “rey de los cangrejos”.
Estas son algunas de nuestras razones para viajar a Alaska, un tesoro de la naturaleza. Un viaje en el que la naturaleza nos sorprende y nos llama a cuidar nuestro mundo. Cuéntanos tu experiencia en Alaska, a nosotros nos encanta.
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